Nunca la distancia es un impedimento para que los caminos de aquellos que se quieren sigan siendo baldosas de un mismo destino.
Este viernes pasado, vivimos un momento maravilloso, casi mágico. Nuestros niños, ese cachito importantísimo de legado que el año pasado, por motivos obvios, se vieron privados de su puesta de bandas, han recibido su merecido homenaje tan esperado. Vivimos el día como si el frío hielo hubiese congelado los días transcurridos que nos mantuvo alejados, que no separados. Un día maravilloso de la mano de nuestra querida Virgen Milagrosa, que siempre nos ha cuidado pero en estos últimos tiempos, nos ha echado un vistazo de más.
Tomando la voz de todas las personas que forman este centro, os invitamos a llevaros las llaves de nuestros corazones, os pedimos que sigáis haciéndonos partícipes de vuestros logros pero más aún de vuestras dificultades y por último, os “ordenamos” que seáis felices, por difícil que sea el momento que afrontéis. Tenéis la suficiente valentía y el respaldo de tanta gente que os adora, que no hay caída de la que no podáis levantaros. ¡Os queremos!